Un trabajo elaborado por Franco Artusso, del Ieral de la Fundación Mediterránea, calculó -en base a datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina- que entre enero y marzo de este año, los cortes vacunos promediaron $6.792.
Este valor ponderado, medido en valores reales, es un 10,9% más elevado en comparación al mismo período del año pasado; un 11,8% más caro con respecto al promedio de los últimos 17 años y un 8,1% menor al medirlo con diciembre de 2023.
A valores de marzo 2024, el informe destacó que el precio de la carne vacuna fue de $ 7.212 promedio por kilo en diciembre 2023. Luego bajó a $ 7.124 en enero, a $ 6.621 en febrero y quedó en $ 6.632 por kilo en marzo.
El negocio ganadero muestra dos caras bien diferenciadas. Por un lado, un mercado doméstico que perdió un 8% de producción y un 18% de consumo en el primer trimestre de 2024. Solo los envíos al exterior trajeron buenas noticias, con una suba del 23%.
“En los próximos meses, la evolución de las variables fundamentales del mercado determinará lo que suceda con los precios”, consideró Artusso.
Un sendero posible es que la ganadería -con el incentivo de la mejora en la disponibilidad forrajera- apúnte a transitar un ciclo de retención. De materializarse esta tendencia, caerá la producción de carne y habra una presión alcista en los valores de la hacienda.
“Respecto a la demanda, en el plano local, el consumo dependerá de la velocidad e intensidad de la recuperación de la economía y del espacio que quede en los presupuestos de las familias, luego de un ajuste de precios relativos que incluye servicios públicos y otros que son muy relevantes en la canasta de las clases medias”, señalaron.
En los mercados externos, si bien las señales parecen alentadoras, en el horizonte comienzan a aparecer algunos nubarrones. Entre ellos, las dudas que generan el menor ritmo de importaciones chinas y la reducción en los márgenes de la industria exportadora, a partir del aumento de la hacienda que se registró en los últimos meses.